¿Te atreverías a visitar la Cueva de las Serpientes Colgantes?

Las serpientes, criaturas fascinantes y a menudo incomprendidas, desempeñan un papel crucial en los ecosistemas del planeta. Con más de 3,000 especies distribuidas por todos los continentes excepto la Antártida, su diversidad y adaptabilidad son asombrosas. Estas reptiles varían enormemente en tamaño, desde la diminuta serpiente hilo de Barbados, que mide solo 10 centímetros, hasta la majestuosa pitón reticulada, que puede superar los 10 metros de longitud. Cueva de las Serpientes Colgantes

Una de las características más sorprendentes de las serpientes es su capacidad para detectar presas a través de la percepción térmica. Algunas especies, como las víboras y las boas, poseen fosetas loreales, órganos sensibles al calor que les permiten detectar la radiación infrarroja emitida por los cuerpos calientes. Esta habilidad les da una ventaja formidable a la hora de cazar en la oscuridad.

Las serpientes también han desarrollado una variedad impresionante de métodos de caza y defensa. Algunas, como las cobras, son conocidas por su capacidad para escupir veneno, mientras que otras, como las anacondas, constriñen a sus presas con una fuerza letal. El veneno de las serpientes, a menudo temido por los humanos, tiene un papel fundamental en la regulación de las poblaciones de roedores y otros pequeños mamíferos, ayudando a mantener el equilibrio ecológico.

La importancia de las serpientes en los ecosistemas no se puede subestimar. Actúan como controladores biológicos naturales, manteniendo bajo control a las poblaciones de animales que podrían convertirse en plagas. Además, su presencia es un indicador de la salud ambiental, ya que son sensibles a la contaminación y los cambios en su hábitat.

¿Qué es la Cueva de las Serpientes Colgantes?

En Kantemó, Quintana Roo, se encuentra una cueva única: la cueva de las serpientes colgantes. En este lugar, no solo se encuentran estos reptiles, que algunos consideran hermosos y otros terroríficos, sino también una variedad de especies adaptadas a la oscuridad profunda. Es un atractivo natural extraordinario que destaca entre las cuevas de México.

Cerca de la frontera con Yucatán, en Quintana Roo, se encuentra esta cueva habitada por cientos de serpientes colgantes, conocidas como culebras ratoneras. A diferencia de otras de su especie, estas serpientes se han adaptado a vivir en la oscuridad más absoluta.

Su principal fuente de alimentación son los murciélagos que revolotean en la cueva. Estos animales desempeñan un papel crucial en el ecosistema al dispersar semillas y ejercer control biológico.

¿Cómo se alimentan?

Las serpientes se deslizan hasta quedar completamente suspendidas de la cola, balanceándose mientras esperan que un murciélago pase cerca. En un instante, atrapan a su presa para luego asfixiarla y consumirla.

En la cueva, conviven seis especies distintas de murciélagos, algunos alimentándose de insectos y otros de frutas. Al caer la noche, salen en grandes números en busca de alimento. Se estima que alrededor de 100 murciélagos por segundo salen de la cueva durante aproximadamente una hora y media. Este impresionante flujo de murciélagos ilustra claramente lo que significa salir “en masa”.

En los bosques de la península de Yucatán, las serpientes ratoneras manchadas (Elaphe flavirufa) son comunes, pero ninguna otra ha desarrollado la peculiar forma de alimentarse en completa oscuridad como estas. A diferencia de otras serpientes, no son venenosas, sino constrictoras, y tienen una capacidad visual muy limitada.

Este fenómeno único ha captado la atención de numerosos expertos, y la comunidad del pueblo maya donde se encuentra la cueva lo ha convertido en un destacado atractivo turístico.

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¿Qué más ofrece este lugar?

Además de contar con estas bellas y curiosas serpientes, bajo la cueva se extiende un sistema de túneles con aguas cristalinas, hogar de especies acuáticas endémicas de Quintana Roo, como la anguila ciega, la dama blanca y el camarón ciego. Por otro lado, los murciélagos son la principal fuente de alimento en este ecosistema, ya que otras especies dependen de ellos para su supervivencia.

Además de las visitas guiadas a la cueva, se ofrece un paquete completo que incluye comidas, alojamiento y diversas actividades en la naturaleza, como excursiones en canoa, recorridos en bicicleta, visitar fósiles prehistóricos, navegar por la laguna Chichanacab y avistamiento de aves y cocodrilos.

En este proyecto participa toda la comunidad, desempeñando roles como guías, personal de cocina, hospedaje, limpieza, mantenimiento y otras tareas. Los terrenos son propiedad de los ejidatarios del pueblo, quienes han cedido áreas para su aprovechamiento, recibiendo beneficios a cambio.

La cueva tiene una forma de gran bóveda con aproximadamente 60 metros de ancho, y su parte más profunda alcanza los 20 metros, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Para explorarla, es imprescindible llevar lámparas de mano, ya que el interior está completamente en oscuridad.

¿Costo y cómo llegar a la Cueva de las Serpientes Colgantes?

En agencias de viajes como Civitatis, el costo de esta experiencia te puede llegar a costar desde los $915.78 MXN, cuya duración es de aproximadamente 4 horas, sin embargo, considera reservar esta experiencia directamente en su sitio web para mayor información de sus paquetes.

También puedes ponerte en contacto con “Cueva de las Serpientes Colgantes de Kantemó”, así los encontrarás en Facebook, a quienes podrás mandarles un DM para que te envíen toda la información que quieras.

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Desde Mérida tendrás que dirigirte hacia el sureste. La ruta más común es tomar la carretera Federal 180 hacia el este desde Mérida. Esta carretera también es conocida como la Carretera Costera del Golfo.

Continuarás por la Federal 180 durante aproximadamente 65 kilómetros hasta llegar al municipio de Valladolid. En Valladolid, toma la avenida Nichupte, donde pasarás por los pueblos de Chichimilá, Tekom, Tixcacalcupul, Tepich, Tihosuco, Sabán hasta llegar a Kantemó.

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