La cultura maya fue una de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica. Se desarrolló en lo que hoy es el sur de México, Guatemala, Belice y partes de Honduras y El Salvador. Destacaron por sus conocimientos en astronomía, matemáticas y arquitectura. Los mayas construyeron ciudades majestuosas con templos, pirámides y observatorios que aún hoy sorprenden por su precisión y belleza. Además, crearon un sistema de escritura complejo y un calendario muy exacto.
Para los mayas, el mundo no solo se limitaba a lo que podían ver. Tenían una visión del universo dividida en tres planos: el cielo, la tierra y el inframundo, al que llamaban Xibalbá. Este lugar no era exactamente el infierno, sino un espacio sagrado donde iban las almas después de la muerte. No todos llegaban ahí, solo quienes no morían de forma honorable. Los guerreros, sacerdotes o las personas que fallecían en ciertos rituales podían ascender al cielo.
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Xibalbá estaba lleno de desafíos. Era un sitio oscuro y húmedo, habitado por dioses temibles que ponían a prueba a las almas con trampas y engaños. Para los mayas, atravesar el inframundo era parte de un ciclo eterno. La muerte no era el final, sino un paso más en el camino de la vida.
Esta creencia influía en sus rituales, ofrendas y construcciones. Muchos templos y pirámides tenían entradas simbólicas hacia el inframundo, como cuevas o cenotes, que se consideraban portales sagrados.
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En sus ceremonias, los mayas buscaban mantener el equilibrio entre los tres niveles del universo, ya que todo estaba conectado. Su forma de ver la vida y la muerte refleja una profunda relación con la naturaleza y lo espiritual, donde nada termina realmente, sino que todo se transforma.
Cueva Actun Tunichil Muknal
En medio de los bosques de Belice, se esconde una joya antigua y natural. Después de un viaje de 45 minutos desde San Ignacio en auto y una caminata de igual duración por la hermosa Reserva Natural Tapir Mountain, se cruza uno de los muchos arroyos cristalinos que salen de la cueva. Luego se nada un pequeño tramo dentro de ella y, acompañado por un guía, se recorre hasta llegar a uno de los sitios mayas más impactantes del país.
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Conocida por muchos como “Xibalba” o el “Inframundo”, esta cueva guarda fragmentos de cerámica, herramientas de piedra y restos humanos. Una pieza llamada la “Vasija del Mono” es tan rara que solo existen cuatro en toda Centroamérica. Además, se encuentra el esqueleto de una joven, conocida como la “Doncella de Cristal”, cuyos huesos brillan por la calcificación. Las estalactitas y estalagmitas crean un escenario impresionante para conservar los restos mayas en perfecto estado. Aquí, los mayas realizaban rituales y dejaban objetos que aún se conservan en su lugar original.
La cueva Actun Tunichil Muknal está entre las diez más increíbles del mundo, según la National Geographic Society. National Geographic, Discovery Channel y History Channel han producido documentales sobre este lugar único. Lo mejor es visitarla temprano, cuando el clima aún es fresco. Para entrar hay que nadar unos 12 pies y por eso el acceso está controlado por el gobierno, que solo permite el ingreso con guías certificados.
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¿Qué más?
La entrada de la cueva Actun Tunichil Muknal tiene forma de reloj de arena y durante la temporada de lluvias se inunda con facilidad. Desde que uno se asoma, ya se pueden ver restos de antiguas ofrendas ceremoniales mezclados con conchas de caracol, que se vuelven más abundantes mientras se avanza hacia el interior.
Muy cerca de la entrada está la cámara principal, donde se encuentran los restos de catorce personas. Entre ellos está el esqueleto calcificado de “La doncella de cristal”, que se cree fue una joven de unos 17 años. Sus huesos, cubiertos por minerales con el paso del tiempo, ahora brillan con un aspecto cristalino.
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Cueva del Sepulcro de Piedra
La cueva Actun Tunichil Muknal, también llamada Cueva del Sepulcro de Piedra, fue usada por los mayas entre los años 300 y 600 d.C. Más adelante, entre los años 700 y 900 d.C., comenzaron a internarse aún más para realizar ceremonias. Fue hasta 1998 que se abrió oficialmente al público.
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Los mayas hicieron cambios en las formaciones naturales de la cueva. En algunos puntos crearon altares para dejar ofrendas, y en otros moldearon figuras que parecen rostros o animales, incluso lograron proyectar sombras con formas dentro de la cueva. En las partes más altas del recorrido, las paredes están llenas de formaciones impresionantes que decoran todo el lugar.
La cueva Actun Tunichil Muknal está llena de vida animal. Hay muchos murciélagos, grandes cangrejos de agua dulce, cangrejos de río, bagres y otros peces tropicales. También viven ahí grandes invertebrados como los amblypygi y varias arañas cazadoras. A veces se pueden ver agutíes y nutrias usando la cueva como refugio. Todas estas especies, junto con muchas más, son comunes en cuevas con ríos grandes como esta en Belice.
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