El Oro de Hidalgo es un rincón lleno de historia que nació del brillo de sus minas. A finales del siglo XIX, este lugar fue uno de los principales productores de oro y plata del país. Gente de todas partes llegó buscando fortuna, y pronto se convirtió en un pueblo próspero y lleno de vida. Las casas elegantes, los teatros de estilo europeo y las calles empedradas cuentan todavía esa época dorada.
Pero hubo algo que marcó profundamente su crecimiento: el ferrocarril. Con la llegada del tren, El Oro se conectó con el resto del país. Vagones cargados de metal precioso salían rumbo a otras ciudades, mientras otros llegaban con herramientas, alimentos y hasta ideas nuevas. La antigua estación fue testigo de todo: despedidas, reencuentros, comercio y progreso. Gracias al tren, el pueblo no solo movía su riqueza, también su gente y su cultura.

Foto: FB / Vagón Express Minero
Hoy, aunque las minas ya no están activas, el espíritu de aquella época sigue vivo. Los vagones, las vías y los recuerdos se han convertido en parte del encanto que atrae a los viajeros. Caminar por El Oro es como abrir un libro de historia que sigue escribiéndose con cada visita.
¿Qué es el Vagón Express Minero?
En medio de un entorno lleno de historia y encanto, el Vagón Express Minero ofrece una experiencia que va mucho más allá de sentarse a comer. Este restaurante, único en su tipo, se encuentra dentro de un antiguo vagón de tren que alguna vez recorrió las vías de México y que hoy, completamente restaurado, está estacionado en El Oro de Hidalgo, un pueblo con alma minera y espíritu viajero.

Foto: FB / Vagón Express Minero
La historia de este vagón es tan sabrosa como su menú. Fue en 2003 cuando Ferrocarriles Nacionales entregó el carro al gobierno municipal, con la visión de conservar la memoria ferroviaria y al mismo tiempo reactivar el turismo local. Años después, Emilio Bringas se hizo cargo del proyecto, ganando la licitación y dándole nueva vida a un espacio que originalmente también funcionaba como comedor. Con esta conexión tan simbólica, el concepto era claro: devolverle su esencia, pero esta vez sin movimiento, convertido en una experiencia gastronómica sobre rieles detenidos.
El interior del vagón conserva su estructura clásica, con maderas originales que narran silenciosamente su antigüedad. Las paredes están adornadas con fotografías antiguas que muestran cómo fue El Oro en su época de mayor esplendor, cuando la minería y el ferrocarril mantenían vivo el pulso económico del pueblo. Cada cuadro colgado es una ventana al pasado, una oportunidad para que los visitantes no solo disfruten de los sabores, sino también de la historia que los rodea.

Foto: FB / Vagón Express Minero
¡Échale un ojo a nuestra revista mensual!
¿Qué más?
A pesar de su capacidad reducida —apenas entre 20 y 30 personas dependiendo de la temporada— el restaurante se ha convertido en uno de los sitios más emblemáticos de El Oro. Recibe semanalmente a cientos de visitantes que llegan desde distintas partes del país, deseosos de vivir esta mezcla entre memoria y sabor. El ambiente cálido y la atención amable del personal ayudan a que cada visita se sienta personal y especial.
El menú es una fusión ecléctica que refleja la influencia internacional que dejó el paso del tren por estas tierras. Hay opciones para todos los gustos: desde tapas con queso de cabra, hasta platos que mezclan ingredientes europeos y locales. Uno de los favoritos es el spaguetti noruego, que mezcla sabores del mar con un toque ahumado que sorprende al paladar. También se puede probar la pechuga con paprika, ensaladas árabes, medallones en crema de gorgonzola y hasta mariscos. La variedad es amplia y está pensada tanto para quienes quieren un desayuno tardío como para quienes buscan una comida más completa.

Fotos: FB / Vagón Express Minero



Entre los imperdibles del menú destaca una bebida tradicional conocida como “chiva”, elaborada con anís y hierbas. Su origen se remonta a los días de los mineros, quienes la bebían para soportar las jornadas pesadas en los túneles. Hoy, es considerada una especie de digestivo artesanal, y su sabor fuerte y herbal conecta directamente con las raíces del lugar.
Certificaciones
El Vagón Express Minero no solo ha conquistado a sus comensales por el estómago, también ha sido reconocido oficialmente con certificaciones como Punto Limpio, Moderniza y Safe Travels. Estos distintivos garantizan un espacio cuidado, seguro y alineado con las mejores prácticas en hospitalidad, lo cual es especialmente relevante para quienes viajan en familia o desean cuidar cada detalle de su experiencia.

Fotos: FB / Vagón Express Minero
Ubicado sobre la Avenida del Ferrocarril, este restaurante no solo revive el legado de los trenes, también reafirma el valor de las buenas ideas que se anclan en la historia para proyectarse hacia el futuro. Más que un simple sitio para comer, es un destino en sí mismo, un vagón detenido que sigue viajando en la memoria de quienes lo visitan.
Te recomendamos:
Quienes han pasado por sus mesas saben que aquí no se trata solo de alimentarse, sino de vivir una experiencia envolvente: desde la decoración nostálgica, hasta el olor a café recién hecho y el sabor de un platillo bien servido. El Vagón Express Minero no es solo parte del pasado de El Oro, también es parte de su presente vibrante y, sin duda, de su futuro turístico.
Si quieres conocer de México lee nuestra revista mensual y suscríbete a nuestro canal de YouTube:
The post Vagón Express Minero: tren, leyenda y buena comida appeared first on México Ruta Mágica.