La vasta selva, que forma parte central del estado de Quintana Roo y se fusiona con sus aguas cristalinas del océano, así como con fuentes hídricas como lagunas y cuerpos subterráneos, guarda numerosos secretos de la antigua civilización Maya aún por descubrir. Entre ellos se encuentra la zona arqueológica de Ichkabal, la cual representa los vestigios de una cultura sorprendente y que enriquecerá la experiencia de los visitantes al sur del Caribe Mexicano.
Situada a 40 kilómetros al oeste de la Laguna de los Siete Colores de Bacalar, se encuentra esta zona arqueológica, que abrirá sus puertas en el segundo semestre de 2024. Tanto turistas nacionales e internacionales como residentes de Quintana Roo podrán descubrir de primera mano los vestigios de lo que se considera uno de los mayores asentamientos de la civilización Maya.
Descubierta accidentalmente en 1995 y sujeta a intervenciones desde 2009, actualmente más de setenta especialistas en arqueología trabajan sin descanso para preparar esta extensa zona de aproximadamente 60 kilómetros cuadrados. El objetivo es abrir al público en condiciones adecuadas que garanticen la preservación de su invaluable riqueza histórica. Los visitantes podrán disfrutar de la conexión del tren Maya, facilitando así su acceso a este fascinante llamado del pasado.
¿Cómo está conformado el complejo de Ichkabal?
Según estimaciones, Ichkabal estuvo ocupado desde aproximadamente el año 300 A.C. hasta alrededor del año 1500 de nuestra era.
Entre los vestigios identificados en Ichkabal se encuentran hallazgos del periodo preclásico, clásico y posclásico tardío, que incluyen estructuras inmuebles, utensilios de cerámica, prendas de vestir y otros objetos. Estos hallazgos proporcionan una perspectiva detallada de la vida cotidiana de la civilización Maya.
La zona arqueológica de Ichkabal está compuesta por tres pirámides de considerable tamaño, destacándose su edificio principal que impresiona con sus casi 40 metros de altura y una base de 200 metros. Los rasgos arquitectónicos de toda el área son notables, incluyendo edificaciones de estilo Petén y mascarones de grandes dimensiones, que reflejan los diversos estilos de la civilización Maya a lo largo de diferentes épocas.
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Asimismo, siguiendo la tradición de los asentamientos Mayas, Ichkabal cuenta con una plaza principal que abarca aproximadamente 300 metros de extensión, evidenciando su importancia como el epicentro del complejo arqueológico.
Según los hallazgos hasta ahora, se ha determinado que los Mayas que residieron en Ichkabal desarrollaron una agricultura sistematizada. Esto se sustentaba en una gestión del agua respaldada por una notable obra de ingeniería, lo cual arroja luz sobre el funcionamiento de su organización productiva en el campo.
Una conexión con otros tesoros de la civilización Maya al sur de Quintana Roo
El complejo de Ichkabal está conectado con la zona arqueológica de Dzinbanché, otra importante ciudad Maya, a través de un sistema de caminos que evidencia los vínculos comerciales que existían entre sus habitantes en ese tiempo.
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Con la apertura de Ichkabal, y su proximidad a Dzinbanché, así como a las zonas arqueológicas de Kinichna y Kohunlich, se establece un circuito de vestigios Mayas que ofrecerá una visión completa de esta antigua cultura en el Caribe Mexicano. Esto posiciona al sur del estado de Quintana Roo como el principal epicentro de riqueza arqueológica en la región, una experiencia imperdible para todo visitante.
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